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– La primera idea para esta novela surgió de un sueño que tuve. Soñé con una chica-ángel que lloraba desconsoladamente bajo una lluvia torrencial. No diré por qué lloraba, puesto que revelaría una parte importante del libro, pero, si lo leéis, cuando lleguéis a esa parte comprenderéis por qué lloraba el ángel de mi sueño y qué fue exactamente lo que soñé. Ese sueño me impresionó mucho y quise saber más cosas sobre la chica-ángel. Poco a poco fue surgiendo la idea y, aunque es un libro que tiene bastante acción, en realidad decidí escribir lo que yo llamo una “historia de personaje”. En este caso Ahriel cae en picado en todos los sentidos, evoluciona como personaje; pasa de ser un ángel resplandeciente a tener que arrastrarse por el fango apestoso de un mundo brutal, y a sobrevivir comportándose como los proscritos que viven allí como animales. Quería escribir cómo eso la cambiaba para siempre y cómo debía luchar para salir del abismo en el que había caído, pero ya nada volvería a ser igual.

– Elegí la editorial Laberinto a propósito para publicar este libro. Conocí a una de sus editoras en la Feria del Libro de Madrid del 2002. Me gustó el hecho de que tuvieran una colección de literatura fantástica en la que publicaban autores españoles. Me presenté a ellos y les dije que pronto les enviaría un libro y, cuando meses más tarde me llamaron para recordarme mi promesa, yo ya estaba trabajando en Alas de fuego.

– El nombre de Ahriel se pronuncia Áriel, siendo la A la sílaba tónica. Es decir, que es una palabra llana. Según las reglas ortográficas, pues, debería llevar acento en la A, pero no me gustaba como quedaba. Le puse la H para ver si así alargaba un poco la A, pero la gente sigue pronunciándolo como la marca de detergente…

– Mientras escribía el libro oía a todas horas el disco No angel de Dido (muy apropiado…). Ahora no puedo escuchar los temas de este disco sin acordarme de Ahriel, Bran, Marla, Kiara y los demás. Tampoco puedo releer Alas de fuego sin que me venga a la cabeza alguna canción de Dido.

– Mi personaje favorito del libro es Bran. Puede que después de leerlo no entendáis muy bien por qué lo digo, ya que el pobre las pasa canutas. La verdad es que no fue fácil para mí escribir esa parte. Pero os aseguro que Ahriel lo pasa mucho peor.

– Una de las cosas que más me gustan del libro es la prisión de Gorlian. Me recuerda un poco a los Páramos de Las hijas de Tara, sólo que los Páramos eran más bien secos, y gran parte de Gorlian está cubierta por una ciénaga apestosa (supongo que ahora empezáis a entender por qué es una crueldad encerrar allí a alguien como Ahriel). Pero lo que más me gusta es la respuesta a la pregunta ¿por qué nadie puede escapar de Gorlian? Por supuesto, no voy a responder a eso ahora. La solución, en el libro.

– Cuando escribí esta novela no tenía intención de hacer una continuación, a pesar de que la gente que la leía me lo pedía con insistencia. No soy partidaria de continuar los libros porque sí, alargando la trama más de lo necesario. Así que no me planteé seriamente la idea de continuar este libro hasta que no se me ocurrió una buena trama para una segunda parte (con una buena trama me refiero a una historia nueva que fuera más allá de “continuar donde lo dejé”). Así surgió la idea para Alas negras.

– La actual imagen de cubierta es obra del ilustrador italiano Paolo Barbieri; la hizo para la edición en tapa dura del libro, pero actualmente ya ilustra también la edición de bolsillo. Como curiosidad os comentaré que la primera versión de su Ahriel tenía el pelo liso y los ojos azules, pero le pedimos que cambiara esos detalles para ajustarlos mejor al contenido del libro.

– La primera cubierta de Alas de fuego era obra de Rafael Estrada; ilustró el libro durante seis largos años, del 2004 al 2010.

– La primera versión de dicha cubierta trajo cola, porque el ilustrador tomó como modelo para Ahriel a una persona de verdad, una reconocida actriz y modelo, pero no nos dimos cuenta del parecido hasta mucho después. Varias ediciones más tarde hubo que retocar el rostro de la Ahriel de la portada para que no se le pareciera tanto. No os diré quién era la chica de la cubierta original; los que tengáis ediciones antiguas podéis tratar de adivinarlo, pero sí os puedo decir que yo llegué a ver una primerísima versión de la cubierta, que evidentemente nunca llegó a ver la luz, en la que Ahriel tenía la cara de Shakira.

-En 2016, y una vez finalizado el contrato con la editorial Laberinto, los libros de Ahriel vuelven a publicarse bajo el sello de Minotauro. Cambia el formato (de las ediciones de bolsillo y cartoné pasamos a una única edición, rústica con solapas) y el diseño de las cubiertas, aunque se mantienen las ilustraciones de Paolo Barbieri porque son una preciosidad =).