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– Este libro es la segunda parte de Alas de fuego, una novela que escribí en el año 2003 y que salió publicada con la editorial Laberinto. En principio, Alas de fuego era una novela suelta que no tenía continuación; pero unos años más tarde pensé en una trama para una segunda parte que no fuera simplemente una continuación de la anterior, sino que conformara también una nueva historia. Y aquí está Alas negras.

– Este libro no tiene continuación. La historia de Ahriel y de los demás personajes termina aquí,.

– El título no hace referencia al personaje de Ahriel, sino a los habitantes del infierno, los demonios, que tienen las alas negras.

– Los nombres de los ángeles de Aleian son totalmente inventados, no como en Dos velas para el diablo, donde los personajes angélicos están inspirados directamente en la mitología y en la tradición.

– La cubierta es obra del ilustrador italiano Paolo Barbieri.  El libro iba a llevar ilustraciones interiores, pero se nos echó el tiempo encima y no pudo ser…

– Mis personajes favoritos en este libro son Cosa y el loco Mac. Durante las revisiones del libro hasta tuve que escribir un “Manual de estilo de Cosa” para que su forma de hablar (aunque aún resulta algo incomprensible) tuviera una cierta lógica…

– Fue un poco complicado encontrar nombre para Zor. Pensé en nombres de pájaros que pudieran acortarse fácilmente y sonar bien igualmente, pero casi todo eran nombres femeninos, o al menos eso me parecía a mí. Y Gavilán (¿Gavi? ¿Vilán?) me parecía muy visto ya.

– El mismo verano en que escribí este libro me leí también todas las aventuras de Sherlock Holmes y las disfruté un montón. De hecho, he incluido en Alas negras dos pequeñas referencias al mundo del gran detective, tan sutiles que creo que sólo los “holmesófilos” las captarán…

– Mientras estaba escribiendo el libro, mi portátil “murió”. Tenía la mayor parte de la historia guardada en una copia de seguridad, pero no la última versión. Por suerte, en la tienda consiguieron rescatar del disco duro la carpeta con el documento y me prometieron que lo arreglarían. En fin, tardaron cerca de tres semanas en decirme que después de todo no podían arreglarlo, de modo que el proyecto estuvo parado todo ese tiempo y hasta que pude hacerme con un nuevo ordenador. Moraleja: ¡haced siempre copias de seguridad de todo lo que escribáis!

– Hay dos personajes en el libro a los que se dio por muertos en Alas de fuego y luego resulta que no lo están. Con uno de ellos yo era perfectamente consciente de este hecho, y en Alas negras está explicado que fingió su propia muerte para que nadie lo buscara, pero el otro personaje en cuestión yo lo daba por vivo (¡y además es fundamental para la trama de este segundo libro!). Lo curioso del caso es que tres personas releímos Alas de fuego y después el original de Alas negras y nadie se dio cuenta de la incongruencia. El cuarto lector me dijo: “Oye, pero si este personaje estaba muerto”, y hasta me dijo la página de Alas de fuego donde se mencionaba el tema. Me quedé a cuadros; el libro estaba ya escrito y no podía reescribirlo sin el “resucitado”. Por supuesto, habría sido demasiado poco creíble que éste también hubiese fingido su propia muerte, así que decidí tomármelo con humor y hacer un chiste con eso. (Y he aquí la explicación de por qué a este personaje le pregunta todo el mundo: “Oye, ¿pero tú no estabas muerto?”).

-En 2016, y una vez finalizado el contrato con la editorial Laberinto, los libros de Ahriel vuelven a publicarse bajo el sello de Minotauro. Cambia el formato (de las ediciones de bolsillo y cartoné pasamos a una única edición, rústica con solapas) y el diseño de las cubiertas, aunque se mantienen las ilustraciones de Paolo Barbieri porque son una preciosidad =).