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– Suelo decir que una historia nunca nace de golpe en la cabeza, sino que es un conjunto de ideas que tienen que encajar muy bien, como un puzzle. Y, aunque no sabría decir de dónde salieron todas y cada una de las piezas de Dos velas para el diablo, sí puedo contaros cuál fue la primera: en cierta ocasión tuve que firmarle un libro a un chico que se llamaba Angelo. Me gustó mucho cómo sonaba el nombre y le estuve dando vueltas, hasta que se me ocurrió que podía ser un nombre estupendo para un demonio. Aquella misma noche seguí pensando en cómo sería el personaje, y de pronto empecé a oír la voz de Cat en mi cabeza. Así que, de un plumazo, tuve lo que sería la semilla de los dos personajes principales. En principio, sólo tenía claras tres cosas: 1) Que había un demonio que se llamaba Angelo, 2) Que la narradora era una chica joven que sabía mucho acerca de los demonios, y 3) Que esto se debía a que su padre era un ángel. Pero con eso no bastaba, obviamente, así que pasé un tiempo documentándome, buscando información sobre ángeles y demonios, y con lo que encontré, poco a poco, fui desarrollando la trama.

– Empecé a escribir este libro en mayo del 2007, justo después de haber terminado de revisar La emperatriz de los etéreos. Llevaba ya varios meses dándole vueltas a la idea y creía que tenía la historia lo bastante madura como para empezarla. Recuerdo que envié el borrador de los dos primeros capítulos a SM y les gustó mucho. A mí me preocupaba un poco el tono: era la primera vez que utilizaba la primera persona para la voz narrativa en una novela (bueno, la primera, no; lo hice, antes de empezar a publicar, en un par de novelas fallidas que, por supuesto, nunca vieron la luz) y temía no estar a la altura. Pero a ellos les gustó.

Durante los meses siguientes seguí trabajando en el libro, y de hecho, en agosto ya aparecía como proyecto en mi web (con el título provisional de No confíes en un demonio, que finalmente se cambió). Tuve que interrumpir la escritura del libro cuando en noviembre salió publicado La emperatriz de los etéreos porque los actos organizados en torno al lanzamiento me tuvieron bastante liada, pero en navidades lo retomé y terminé la primera versión a finales de diciembre.

Naturalmente, luego hubo que hacer varias revisiones, retocar y pulir cosas, pero aun así, una vez leída la primera versión completa, en la editorial estuvieron seguros de que querían publicarlo. En realidad terminé de revisarlo del todo a finales de marzo, y el 28 de mayo de 2008 fue el día oficial de lanzamiento.

– Para la promoción del libro, entre otras cosas, se hizo un trailer y se publicaron las novedades del lanzamiento a través del blog El Diario de Cat, un minisite que lamentablemente ya no se puede encontrar en la red.

– Este libro no tiene continuación. Es una única entrega, y no el principio de una saga. Empieza y termina en un único volumen, y no va a haber segunda parte.

– Los nombres de ángeles, y los nombres antiguos de los demonios están todos sacados de la mitología, no hay ninguno inventado. Algunos son dioses (caóticos o benévolos) de civilizaciones antiguas, y otros están sacados de la Biblia o de los textos sagrados judíos.

– He estado en casi todas las ciudades en las que se desarrolla el libro. Fui a Florencia a propósito para documentarme, buscando un palazzo parecido al de la madonna Constanza del libro, y me topé con muchas otras cosas más, montones de representaciones de ángeles y demonios que me inspiraron mucho. Especialmente escalofriantes son las representaciones del infierno que hay pintadas en el interior de la cúpula de la catedral, y también hay muchísimos cuadros en los que aparecen ángeles, repartidos por todos los museos de la ciudad, que no son pocos.

– Sí, sí, también estuve en Shanghai, pero no fue por el libro; el verano de 2007 estuve de vacaciones en China y pasamos un par de días en Shanghai, y se me ocurrió ambientar un capítulo de la novela allí. ¿Y sabéis una cosa? La tarde que paseábamos junto al río vimos que mucha gente llevaba una diadema con cuernos luminosos de diablo, y me pareció tan gracioso que decidí sacarlo en el libro. Así que, como veis, es una anécdota real.

– El Libro de Enoc también existe. Es uno de esos textos apócrifos que se descartaron de las sagradas escrituras, pero hay ediciones actuales, y en castellano, y se puede consultar. Las citas del texto son reales, no inventadas. También existen todos los grimorios y tratados de demonología que cita Cat, incluyendo el famoso tratado de Jonás Sulfurino, el de la jerarquía de los demonios. Es sorprendentemente sencillo acceder a estos textos, bien a través de internet, bien a través de ediciones modernas en editoriales especializadas en temas esotéricos.

– La visión que se da en el libro sobre los ángeles y demonios, la historia de su guerra y su relación con los humanos es algo totalmente inventado. Me he apoyado en la mitología para crear mi propia historia acerca de estos seres, que puede no coincidir con la “oficial”, pero es que, después de todo, y a pesar de los escenarios reales… Dos velas para el diablo es un libro de fantasía.

– Obviamente, y según la tradición, Gabriel es un ángel varón, y no una mujer. De hecho todos los ángeles son masculinos o asexuados. En mi historia hay ángeles masculinos y femeninos porque de lo contrario la trama no funcionaría, y en mi versión, totalmente ficticia, claro, Gabriel es una chica porque me pareció que le pegaba, ya que es un ángel relacionado con los nacimientos. Comento esto porque hay gente que me ha dicho: “Yo creía que el ángel Gabriel era un chico”… y lo es, evidentemente. Insisto en que Dos velas para el diablo es ficción. Si queréis conocer más a fondo las historias y tradiciones sobre los ángeles, id a las fuentes originales: la Biblia o los textos místicos judíos.

-Para la gente que no ha entendido el final, y sin hacer muchos spoilers: debéis tener en cuenta que, en el universo de la novela, está implícito que la gente se reencarna cuando se muere. Los ángeles y demonios lo saben, los humanos no, porque nunca recuerdan sus vidas anteriores. Y hasta aquí puedo leer.

– Si tuviera que elegir una canción como banda sonora de este libro, sería, probablemente, Bring me to life, de Evanescence. Suelo escuchar música instrumental cuando escribo, pero en este caso trabajé muchos días con esta canción de fondo. Creo que le pega mucho a la historia de Cat y Angelo.

– La portada actual es la misma que la de la versión francesa del libro, publicada por la editorial Baam!

La primera cubierta del libro fue ésta. Según me han contado, el fondo es una lámina cubierta de cera fundida de verdad; le hicieron la foto con las velas puestas y a partir de ahí se hizo el resto del montaje.